miércoles, 25 de enero de 2012

Contaminación lumínica.

     Levántate de la silla. Abre la ventana y mira al cielo... Y dime, ¿quién se ha llevado las estrellas?
     Es casi obligatorio comenzar un blog sobre Astrofísica hablando de la contaminación lumínica.

Península Ibérica. Fotografía de Image Science and Analysis Laboratory. NASA- Johnson Space Center. "The Gateway to Astronaut Photography of Earth".  
  Podemos definir la contaminación lumínica como la introducción, directa o indirecta, de luz artificial a través de procesos humanos. Su consecuencia es la variación en el brillo del fondo del cielo. Para un astrofísico, lo más llamativo es la imposibilidad de ver ciertos objetos celestes en las zonas contaminadas; sin embargo, es un problema que trasciende a otros ámbitos: biológicos, medioambientales, económicos...  

     ¿Vamos a perder un tesoro tan preciado?. En el programa "Starlight, A common Heritage" promovido por la Unión Astronómica Nacional (IAU) y representantes de la UNESCO, podemos leer como primer punto de la declaración que: "El derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita disfrutar de la contemplación del firmamento, debe considerarse como un derecho inalienable de la Humanidad, equiparable al resto de los derechos ambientales, sociales y culturales, atendiendo a su incidencia en el desarrollo de todos los pueblos y a su repercusión en la conservación de la diversidad biológica".  
(Declaración sobre la defensa del cielo nocturno y el derecho a la luz de las estrellas)


     No hablamos de dejar de iluminar, ni mucho menos. Es muy necesario tener una buena iluminación nocturna. Hablamos de hacerlo bien. Evitando la iluminación directa de la atmósfera por focos que apuntan al cielo, o por farolas y luminarias inapropiadas (ver gráfico de normas básicas de utilización del alumbrado). Cambiando la iluminación permanente en sitos privados por luz que se activa a través de detectores de movimiento. Apagando las luces que no sean necesarias, como las que iluminan monumentos a altas horas de las madrugada. Bajando la potencia del alumbrado público. 

    Hablamos de cambiar el chip, de concienciarnos de la necesidad del ahorro energético. De ser responsables. De cuidar nuestros recursos naturales y energéticos.
     




















     En la Universidad Complutense de Madrid, y en concreto en la Facultad de Ciencias Físicas, desde su grupo de trabajo LICA , profesores y alumnos trabajan en este problema. Apoyándose en imágenes de la NASA, se intenta obtener una medida cuantitativa de dicha contaminación. Y mientras se obtienen resultados, nos quedamos con unos vídeos que hablan por sí mismos.


      No dejéis que os roben las estrellas. Es un legado que nuestros hijos merecen conocer.